Me puso su culote en cuatro, en su cama, y se lo chupé entero hasta terminar penetrándole el ano con mi verga. Fue chupada de culo y anal lo que le hice a doña Rosa, mi vecina gorda culona de 57 años que me ando cogiendo en su propia casa, siempre que su marido se va por las mañanas a trabajar. Soy adicto al trasero gordo de la señora, desde la primera vez que se lo probé con la lengua, ya no he podido parar de chupárselo cada vez que la visito para irle a mater la verga.
Tener sexo sucio es algo que nos llena de placer a los dos. La vieja nalgona también es adicta a mi verga, le encanta recibir todo mi colágeno, y por eso mismo no puede parar de meterme a su cama para culearmela y darle bien rico hasta adentro, algo que su marido ya no hace desde hace mucho tiempo. Yo soy su amante que tuvo que llegar a su vida para que volviera a sentir los placeres del sexo y de una buena verga adentro de su panocha. Imperdible la chupada de culo y anal que le hice a Doña Rosa.
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