Con la adrenalina al 100 por el riesgo de ser descubiertos, pero al mismo tiempo gozando del sexo prohibido. Aquí estoy cogiendo a escondidas con mi cuñada en el baño mientras mi esposa estaba aun durmiendo en recamara. Esta zorra caliente, que es la hermana de mi mujer, se había quedado sin un lugar para vivir, así que la recibimos en nuestra casa en lo que buscaba otra vivienda para poder rentarla. Todo fue muy normal en los primeros días, pero poco a poco fue subiendo la tensión sexual entre ella y yo, hasta que terminé metiéndole la verga.
Resultó que mi cuñada era toda una putita bien caliente y fogosa, una verdadera piruja en toda la extensión de la palabra, pero eso no lo sabía mi mujer, por eso se confió y le permitió que viviera con nosotros durante un tiempo. Jamás se imaginó que su propia hermana la traicionaría, pero al final resultó que sí. En el momento más oportuno, mientras la cornuda estaba dormida, aprovechamos para meternos al baño, en donde estuvimos cogiendo a escondidas durante varios días.
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