Resulta que me topé con la señora de los tacos, una gorda con un culote que incita al pecado, en su fonda. La muy puta no se anduvo con rodeos, le dije que no tenía dinero para pagar los tacos, así que me arrastró hasta la cocina de su fonda con la determinación de cobrarse con mi verga. ¡Y vaya que cumplió!
Esa gorda caliente se sentó sobre mí, se montó como una yegua en celo y comenzó clavarse mi pene a sentones. Su panocha hambrienta devoraba mi miembro, apretando con fuerza y gimiendo como una condenada. ¡Qué sensación más brutal, sentir a esa señora obesa deslizándose sobre mi mástil erecto, quemándome desde adentro con su fuego! No pude resistirme a la tentación de tal manjar carnoso y me dejé llevar por la lujuria desenfrenada.
La muy cerda disfrutaba cada embestida. Terminamos follando como bestias, con la cocina de fondo como testigo de nuestro acto prohibido. ¡Qué locura, cogiendo con la señora de los tacos en su propio restaurante de tacos de asada, dejando que el deseo nos consuma en cada embestida! Sin duda, una experiencia que va a quedar grabada en mi memoria por mucho tiempo. ¡Qué rico es el sexo cuando se vive con tanta pasión.
2371 00:18
Etiquetas
arrechasCogiendoCulos grandesGORDAmaduras XXXMEXICANASNalgonasseñoras XXXurgidas