No le importó cerrar el negocio por unos minutos, con tal de que le diera una buena cogida y sentir mucho placer. Me cojo a la señora de la tienda por cerveza gratis. La vieja ardiente andaba bien urgida, yo no soportaba más las ganas de sentir un pito adentro de ella. Su desesperación por un hombre que le diera sexo la llevó a hacerme esa gran oferta a mí. Yo soy un cliente recurrente en esa tienda de conveniencia en donde ella trabaja, siempre voy a comprar cheves, así que no dudé en cogérmela por un six de Tecate.
La señora de la tienda sabía muy bien que no me iba a poder resistir a recibir cerveza gratis, me conoce muy bien, sabe que soy un gran borracho. Conmigo tenía asegurada una cogida, y así fue como terminó pasando. Ella estaba sola atendiendo, así que cerró durante unos minutos la tienda para que me la pudiera coger. Me puse el condón y la senté sobre el contenedor de tortillas, ahí fue donde le metí la verga a la vieja urgida y la hice gemir de tanto placer que le provocaba tenerla adentro.
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