Me ando cogiendo a la señora de la tienda, yo soy su joven empleado y aquí la grabo desnuda mientras le dedeo la panocha. La hice venirse varias veces solo con mis dedos, escucha como gime de rico la vieja puta, la vulva la tenía bien caliente de tanta excitación. Ella tuvo que cerrar el negocio en todo ese tiempo que estuvimos cogiendo rico, los clientes por fuera solo la escuchaban gemir de tanto placer que le estaba provocando. Acostada en el suelo, completamente desnuda, fue que la masturbé, haciendo que gozara como nunca y que tuviera varios orgasmos.
Apenas tenía unas cuantas semanas que me habían contratado como cajero en ese lugar, cuando ya me estaba cogiendo a mi jefa cachonda, un mujer madura adicta al sexo con jóvenes. El colágeno es algo con lo que ella no puede vivir, yo solo soy uno más de todos los empleados veinteañeros con los que ha cogido. Y su marido cornudo ni enterado de las puterías que ella hace con sus trabajadores. Sin duda fue una gran suerte haber conseguido trabajo ahí, gracias a eso pude chingar con la señora de la tienda y disfrutar de esas chichotas que tiene.
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