Esta puta infiel que me ando cogiendo, se casó con un hombre mayor que ella solo por su dinero. Ahora su esposo ya está viejo, y yo soy quien la llena de placer. Al cornudo ya ni se le para de forma natural, tiene que usar viagra para cogerse a esta zorra, y aun así no se la coge como se debe. El anciano ya no tiene fuerzas para darle unas duras culeadas, como yo si se las puedo dar. Es por eso que yo soy su amante, un macho fuerte y lleno de vitalidad que se la mete durísimo.
Nos conocimos en el gimnasio, ella se inscribió en el mismo gym que yo entreno, y desde el primer día me acerqué a ayudarle con sus rutinas. Solo me bastaron un par de días para llevármela a la cama, se notaba a leguas lo tremenda perra y promiscua que era. Y es que, es muy fácil identificar a esas mujeres que solo van a entrenar para buscar macho, ella era una de esas. Ahora no paro de cogérmela en el hotel, le doy bien duro a cuatro patas y se la meto sin condón.
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