Que afortunado el amigo de poder disfrutar de las mamadas de la patrona. La arquitecta llegó a la obra y se puso a chupar la pija de un trabajador de raza negra. Estaba claro que en cuanto ella lo vio a él, no podía dejar pasar la gran oportunidad de comerse un gran pene negro. Esa es la fantasía sexual de toda mujer, probar la carne africana. Aprovechándose de su puesto de autoridad, la puta caliente hizo que el hombre se sacara el miembro frente a ella para poder chupárselo mientras estaban en un lugar donde no había más trabajadores.
Fue así que aquel día de rutina para la arquitecta, en donde le tocaba supervisar la obra de construcción, terminó en un gran momento de placer para ella, chupando la pija grande y gruesa de un trabajador negro bien dotado. La linda madurita pelirroja, con su chaleco, lentes y casco de seguridad puestos, por fin supo lo que era comerse semejante miembro africano, y de paso una buena cantidad de leche cuando el hombre le eyaculó adentro de la boca. Ni una gota desperdició, la muy cerda se tragó todo el semen.
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