Ese día la sirvienta llegó a trabajar a la casa en falda corta y me excité tanto de verla mientras hacía la limpieza, que terminé cogiéndomela. Le di una buena culeada bien dura, le dije a ella que ese era su castigo por haberme puesto la verga bien dura con esa minifalda que había llevado puesta. Primero aproveché que mi esposa no estaba en casa para decirle a mi rica empleada que se subiera un poco la falda más hacía arriba, para que grandes nalgas redondas quedaran al aire, a lo que ella me obedeció como toda buena perra obediente.
Después de tanto observarla y grabarla mientras limpiaba y hacía el quehacer de la casa, luciendo para mí su delicioso culazo, decidí llevarla hasta mi recamara para chingármela en mi cama. La puse en cuatro y le metí la verga sin condón por su concha rasurada antes de que mi esposa regresara. Como dije, fue el castigo que le di a la sirvienta por haberme puesto bien cachondo con esa falda corta que le lucía muy bien. En cuanto la vi supe que tenía que cogérmela a la putita culona y al final no me quedé con las ganas.
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