Sexo anal casero con la obediente de mi sirvienta Lupe, la señora que me limpia la casa. Le rompo el culo y le duele, escúchenla gritar de dolor mientras se la estoy metiendo en el sofá de la sala, tiene ganas de llorar pero se aguanta. Sabe que tiene que ser complaciente con su patrón para seguir conservando su empleo. Y es que la verdad, si tenía muy cerrado su ano, no estaba preparada para tener toda mi verga adentro, ese día la chacha madura por fin supo lo que era ser cogida por detrás. Se la metí sin piedad.
Sus gritos de dolor me excitaban más, quería seguirle dando hasta venirme adentro de ella. Su chiquito apretaba riquísimo, al parecen nunca en su vida le habían hecho sexo anal a la señora, yo fui el afortunado de estrenarla por detrás. Lo mejor de todo es que aguantó toda la cogida, en ningún momento quiso que parara de penetrarla analmente. Le dolía pero soportaba como toda una guerrera. Eso le valió un aumento de sueldo, para que supiera que hizo un buen trabajo. No te vayas de aquí sin antes ver como le rompo el culo a mi sirvienta Lupe.
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