En este video porno casero, te traemos la historia de un chaval con su madrastra gordita que está más buena que el pan recién salido del horno. La madurita tiene un cuerpazo de los que quitan el hipo, con unas nalgas que son pura fantasía.
El chaval, que tiene la casa para él solo mientras su papá trabaja como burro en el campo, no desaprovecha la oportunidad de hacer de las suyas con su madrastra. Y es que la muy zorrita se le insinúa cada vez que están a solas, tentándolo a meterle la verga sin compasión.
La madrastra, que es tan facilona como pan con mantequilla, se pone en bragas a hacer ejercicio en pleno salón. Y ahí es cuando el cabrón del hijastro pierde el control y se le pone la verga más dura que el acero.
Sin pensarlo dos veces, se le va encima dispuesto a cogerse a esta hembra insaciable. Le manosea, la pone a mamar su pene duro como roca, y luego la empina sobre una silla para darle una buena culeada que la hace gemir como gata en celo.
Y para rematar, la muy cerda se sienta sobre él con ese culote divino y lo lo agarra a sentones como si fuera la última verga en la Tierra. Y él, sin pensarlo dos veces, la empina de nuevo para seguir dándole caña a esa panocha jugosa que lo enloquece. ¡Una escena de sexo desenfrenado que te dejará sin aliento!
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