Fui a ver a mi hermano a su casa para que me prestara un dinero, pero estaba su esposa solita. Ella es mi cuñada y me recibió con una deliciosa mamada en su cocina, luego de que me hiciera pasar para invitarme un café. De inmediato me di cuenta de sus intenciones, la putita es toda una zorra promiscua y en cuanto vio la oportunidad de comerle la verga a el hermano de su esposo, me hizo entrar a la casa sabiendo que estaríamos solos un buen rato. La tención sexual entre ella y yo se sentía en el aire.
Al entrar me senté en el sofá de la sala y ella se fue a la cocina a preparar el café, hasta que de pronto me llamó para que fuera a ayudarle en algo, y ahí fue donde ocurrió toda la acción. Mi cuñada se me empezó a repegar muy descaradamente hasta que ya no aguanté más y comencé a besarla y manosearla. Fue en ese momento que ella me desabrochó el pantalón y me lo bajó para agacharse y comenzar a darme una deliciosa mamada mientras mi verga sobresalía del hoyo del bóxer.
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