En medias de red y con la tanga hacía un lado, mi esposa culona me aplaude con sus nalgotas mientras estábamos en el cuarto cogiendo rico. Justo antes de darme unos deliciosos sentones, se puso a darme ese gran espectáculo con sus grandes nalgas de infarto que se carga. Siempre que mi vieja culona se pone lencería, se convierte en toda una prostituta en la cama. Le encanta sentirse como toda una piruja porque de esa forma su excitación se eleva al cien y el sexo lo siente mucho más placentero. Tan solo vean lo mojadita que tenía la panocha.
En cuanto comenzó a clavarse mi verga, de inmediato sentí lo empapada que tenía la raja con sus fluidos y lo caliente que la tenía. Y es que el secreto para mantener la llama de pasión con tu mujer, después de varios años de casados, es precisamente esto, regalarle lencería para que ella se desaté en la cama y se comporte como toda una puta sedienta de verga. Haciendo eso evitarás que se vaya en busca de otro macho que la complazca mejor. Tan solo vean a mi esposa culona mientras me aplaude con sus nalgotas.
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