Con esta señora ganosa, que es mi ex suegra, solía coger a escondidas, pero desde que me separé de su hija ya no nos habíamos visto. Es por eso que en un arranque de desesperación, ella me pidió que la visitara en su casa, mientras se encontraba a solas, para que le quitara todas las ganas de verga que traía acumulada, y a parte revivir viejos tiempos en los que la pasábamos muy bien en la cama. La doñita es una vieja cincuentona super caliente, le encanta el sexo conmigo, que soy un joven de 29 años.
Y es que antes de que yo me apareciera en su vida, siendo el novio de su hija, ella ya tenía muchos años sin ser cogida por nadie. Mi ex suegra se quedó viuda muy joven y nunca más volvió a tener sexo, hasta que yo le hice el favor y desde ese entonces no ha dejado de estar obsesionada conmigo. Le encanta abrirse de piernas para mi y que le coja su panocha caliente y húmeda.
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