Se agachó y se metió la verga en la boca, dándome una buena mamada de rápido. Esta linda madura morenita es la vendedora de lonches, se puso a chupármela en la obra a escondidas, en un rincón donde nadie nos veía. Gracias a ella, los trabajadores de la construcción comemos riquísimo, siempre llega en su camioneta a vendernos su rica comida, es nuestra salvación para aquellos que nuestras viejas no nos echan lonche por las mañanas. Es una hermosura de mujer, llena de sensualidad, todos se la intentan ligar, pero yo fui el ganón, el que la puso a mamar.
Le dije que le iba a dar un buen dinerito extra si me hacía el favor de hacerme sexo oral, yo ya sabía que yo le gustaba a esta perrita, la vendedora de lonches, por eso le hice semejante propuesta sexual. Aparte ya me había dicho unos días antes que necesitaba dinero, porque su hijo estaba en el hospital. Las probabilidades de que ella aceptara chupármela eran muchas, al final lo hizo, acabando con mi pene adentro de su boca. Me la llevé atrás de la obra, y agachadita se puso a hacerme la felación hasta que me vine.
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