Nada más excitante para un cornudo que ver a la mujer con la que te casaste cogiendo con otro. Esa sensación de ver a mi esposa nalgona montando a otro hombre, que es un completo desconocido y que contactamos por internet para un encuentro en el hotel, es sumamente gloriosa. Es adrenalina pura de solo ver como goza con otra verga, olvidándose completamente de mi y concentrándose al cien de ese chico con el que está cogiendo en esos momento. En una sensación muy realista, como si realmente me estuviera siendo infiel a escondidas, por eso me fascina el cuckold.
A ella le encantan los jóvenes veinteañeros bien dotados, es una verdadera zorra adicta al colágeno y a las vergas de 20 centímetros para arriba. Toda una golosa sin lugar a dudas, y con ese culazo que se carga no es nada difícil conseguir a jóvenes pitudos que quieran cogérsela. Basta con publicar una foto de mi esposa nalgona para tener una fila de cabrones queriéndome hacer cornudo. Al final ella elige a quien más le gusta y nos lo llevamos al hotel para que ella se divierta con él mientras yo gozo viéndolos.
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