Esas mujeres maduras que les gusta andar de putas con sus sobrinos, valen oro. Aquí grabé a mi tía chupándome el pito bien rico, la fui a visitar a su casa mientras estaba sola y no perdió la oportunidad de comérmelo. Ella tiene casi cincuenta años y yo apenas 28, una gran diferencia de edad, pero poco importa cuando andamos bien calientes y con ganas de hacer cosas prohibidas. Cometer incesto con ella es lo mejor que me pudo haber pasado, es una vieja riquísima y adicta al sexo, todo el tiempo anda con la panocha bien caliente y mojada.
Desde que vive sola yo he sido su consuelo y su macho que le da placer en la cama. Su esposo la abandonó, y su único hijo se fue de la casa porque ya es mayor, no tiene compañía en todo el día, pero para eso estoy yo, su sobrino favorito que la visita muy seguido para complacerla con mi pito. Aquí por fin pude grabar a mi tía mientras me lo estaba chupando riquísimo. Yo le decía que me lo succionara, como si se tratara de un popote, ella obediente me hacía caso y lo hacía.
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