
De esos días que vas a visitar a tu amigo y te recibe su sexi mamá en la entrada, diciendo que no está en casa. Pero aun así te invita a pasar. La madre de mi amigo estaba sola, y cuando me vio, solo pensó en una cosa... Meterme a la casa y entregarme sus nalgas. Me metí, nos empezamos a besar mientras le acariciaba sus ricas nalgas y le saqué el pantalón. No pasaron ni 5 minutos y ya nos habíamos metido al cuarto de su hijo a coger. La señora como toda una perrita, se puso en el suelo de rodillas a mamar mi miembro bien erecto. Succionaba mi verga muy rico mientras yo jugaba con su culito hermoso. Si se dan cuenta, jamas despegaba la boca de mi pito. Se aferraba a él como loca desesperada sedienta de leche.
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