Ella es mi sugar mommy, una señora rechoncha de 40 años que le gusta dar regalitos para que se la cojan. En esta ocasión la gorda madura me compró unos tenis a cambio de cogérmela en un hotel, y a pesar de estar casada es una tremenda zorra bien caliente que no pierde la oportunidad de tener sexo con cualquier otro hombre, sobre todo si son chicos veinteañeros como yo. A ella le gusta ser penetrada por jóvenes y que le den colágeno, es por eso que cuando me conoció no dudó en comprarme con regalitos para animarme a culeármela.
La verdad es que ni lo dudé para cogérmela y meterla toda la reata a esta vieja cerda cachonda, podrá estar bien obesa pero tiene un culote bien gordo que se me antojaba probarlo desde la primera vez que la conocí. Ella trabaja en una oficina y todos los días viene a mi puesto de comida ambulante a comer, en su horario de comida. Fue así que nos conocimos, y en cuanto agarró confianza conmigo fue que se atrevió a ofrecerme ser mi sugar, la gorda madura me dijo que me compraría unos tenis de marca a cambio de cogérmela.
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