Disfrutando de los sentones que me da mi tía cristiana con el vestido puesto, ella quería mi verga después de la misa del domingo y vino a mi departamento a comérsela entera. La muy pecadora es adicta a coger conmigo, mi miembro la trae loquita porque es grande y grueso, y siente mucho placer cuando lo tiene adentro. Nuestra relación incestuosa comenzó hace poco menos de un año y no paramos de coger, y es que ella es una ninfómana en toda la extensión de la palabra, entre más sexo y placer le doy, más quiere, es una perra insaciable.
La lujuria se apodera de mi tía cristiana cada vez que anda con ganas de mi verga, a ella no le importa escaparse de casa, o venir a mi departamento después de misa, con tal de estar conmigo en la cama cogiendo rico. Tan solo mira como ella se divierte tanto al estarse clavando mi pene por su vagina a sentones, ni siquiera se quitó el vestido, solo se sacó las bragas y comenzó saciar sus ganas de sexo en esa posición. Lo mejor de todo es que a la piruja siempre le gusta que le entre sin condón.
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