Como le encanta mamar mi verga a la milf de mi tía, es toda una viciosa. Ella vino a mi cuarto a sacarme todo el colágeno de mis huevos con una mamada increíble que grabé con mi celular. Se comportaba como una perrita en celo, lamiéndome todo mi miembro y metiéndoselo a la boca mientras me miraba a los ojos. A pesar de ya ser una mujer cuarentona casada, no deja de ser una bandida esta zorra madurita. Su adicción a las vergas la lleva a ser infiel, y yo soy uno de los afortunados que me la ando comiendo.
Ella me dice que yo soy su sobrino favorito, y cómo no, si cada vez que se escabulle mi cuarto acabo llenándola de placer y dejándola bien satisfecha. Mi verga gruesa la trae super loquita a la milf caliente de mi tía, no puede vivir sin ella, cada vez que puede y tiene ganas de coger, viene a verme a escondidas para mínimo hacerme una rica mamada y que le eche toda mi leche en su boca.
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