Gritos y gemidos es lo que le provoqué mientras me decía que soy su papi. Se la meto a mi tía madura y le causa mucho placer el como me la cogí así de duro, con sus patitas alzadas sobre la orilla del colchón. Ella y yo acordamos un encuentro sexual y nos fuimos a un hotel a pasarla muy rico entre nosotros luego de que la muy zorra se escapara de su esposo para venirse conmigo a que le aplacara la calentura. En verdad andaba muy cachonda y con demasiadas ganas de ser penetrada por un joven de veinticinco.
En cuanto se acostó y se abrió de piernas para mí supe que tenía que cumplir sus expectativas para seguírmela cogiendo en un futuro. Se la metí a pelo por la vagina a mi tía madura y de inmediato me puse a darle con todo, algo que a ella le encantó y la hizo gozar como nunca. Su panocha ya estaba más que puesta para recibir mi verga hasta adentro, la tenía escurriendo y bien caliente, así que en cuanto la sintió adentro ella de inmediato sintió el placer que tanto buscaba en mí.
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