Me encanta lo putas y descaradas que son las mujeres infieles, como esta perrita que está muy a gusto mamándomela en mi carro mientras su esposo está esperándola en casa. Ella salió a hacer el mandado para hacerle de comer al cornudo, que ya estaba a punto de llegar del trabajo, pero aprovechó para verse conmigo. Ella iba con prisa, no tenía mucho tiempo para quedarse, pero aun así la convencí para que se agachara a hacerme una mamada de verga. Se excitó tanto, que decidió quedarse un rato más para comérmela toda entera hasta sacarme toda la lechita caliente.
Su esposo llegó a casa y no la encontró, le comenzó a mandar mensajes, pero a ella no le importó, solo quería seguir mamándomela en mi carro mientras estábamos estacionados en la calle. Ahí es cuando te das cuenta que las esposas infieles les importa más complacer al amante que al cornudo. Son todas unas putas calientes, no piensan en otra cosa más que en el sexo con otros hombres, ya que el que tienen en casa ya las aburre y ya no disfrutan de coger con él. Es por eso que muchas mujeres casadas deciden coger con otros cabrones.
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